La preparación del terreno habitual consiste descompactar la tierra en una profundidad de 15 cm y así favorecer la germinación de la semilla, desarrollo de raíces, retención de humedad, mejora del drenaje, intercambio de oxigeno con el sistema radicular, mejora de absorción de abonos, controlar malezas que pueden competir con el cultivo, desmenuzando la tierra nos facilita el trabajo para el allanado del terreno y para la plantación de plantas.